Una vez vuelto a praga decidí darme un paseito por el mercado y acabe comprando una
Día largo y muchas cosas echas, desde muy temprano ha tocado ir a la estación de tren principal, dado que tocaba visitar un pueblo alejado de Praga a dos horas en tren alrededor de unos 75 km de distancia y la verdad ha merecido la pena .
Este pueblo es conocido sobretodo por cierta cosa y es que posee un osario echo de los huesos de toda la gente que quería ser enterrada ahi dado que tiempo atrás un cura trajo consigo tierra de tierra santa la cual esparció por el cementerio y todo el mundo quería ser enterrado ahí por lo tanto encargaron a un arquitecto que decorara todo el edificio por dentro con los huesos de las personas pues era la única forma que tenían de tener tanta gente ahí y lo mas cerca posible de esa tierra santa.
En mi opinión vale mucho la pena ir y sobretodo cuando ves eso porque es impactante e increíble lo que han conseguido pero este pintoresco pueblito tiene otros encantos que ver.
Una vez vuelto a Praga decidí darme un paseíto por el mercado y acabe comprando una comida típica de aquí, llamado Trdelnik que consiste en una masa cocinada en un rodillo para que quede como cono y se lo rellena embadurnando las paredes interiores, rellenándolo de algo mas que quieras y para acabar la guinda final le añaden helado o nata por arriba con sirope, el cual me estaba tentando desde el primer día que la vi, con una una limonada de fresa .
Dejo un par de fotos aquí :
